viernes, 25 de marzo de 2011

Cómo conocí el bonsai

Crásula
Hace un año debí despedirme para siempre de alguien y esa partida me afectó demasiado. Entonces conocí al gran Hermann, que me ofreció su hombro para llorar y en las largas pláticas que tuvimos me compartió sus conocimientos sobre el arte milenario del bonsai, que desde esos días se convirtió en una de las actividades más agradables.

Hermann me regaló la crásula que está en la foto. Únicamente tuve que componerle un sustrato con 1/2 de tierra para orquídeas y 1/2 de arena, le corté la raíz más gruesa y siguiendo las instrucciones del amigo y maestro, la planté en una maceta de bonsai. Desde entonces, con los cuidados básicos de cualquier planta en maceta, el pre bonsai prospera y espero verlo como un hermoso bonsai en unos años.


Sobre la crásula arborescens
Es una especie originaria de Sudáfrica. Para información especializada hay una página que se llama Bonsai Arte Viviente, donde están detalladas todas las especies que pueden ser cultivadas como bonsai.


Hay alguna polémica sobre si la crásula debe ser aceptada o no, pero los resultados son muy satisfactorios con muy poco trabajo. Es una especie que no tolera el alambrado, técnica que todavía no logro comprender porque no me gustan los alambres y menos alrededor de nadie.


Como bonsai, la crásula es tal vez la más agradecida, junto con el olmo chino (el que tengo en la portada). Es tan fácil de mantener como una maceta de begonias o geranios y no necesita grandes podas o cortes, de hecho no los tolera bien. Pero, semejante a la higuera "ya viene con forma de arbolito" entonces, es ideal para los principiantes.

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