Jabón, jabón líquido y crema. Mi último lote, agotado. |
Me aficioné a fabricar jabones cuando estudiaba un curso de naturopatía, aunque la receta final la logré después de muchísimos ensayos. Entre los ingredientes más recurrentes que uso están el romero y la caléndula, ambos conocidos por sus excelentes propiedades para toda clase de problemas cutáneos, incluyendo los del cuero cabelludo.
Por supuesto, mis jabones no servirán en ningún caso para las llamadas "curas espirituales", que tanto nos vinculan a los naturistas con charlatanes de la espiritualidad por una parte, y con las mal llamadas brujas por otra.
Sin embargo, tengo que reconocer que mis jabones (y ahora también cremas) han resultado mágicos para varias afecciones de la piel y personas que han notado la mejoría al usarlos me impulsan a trabajar otro pequeño lote, que seguramente no reñirá con lo establecido en las leyes vigentes sobre la fabricación de productos medicinales, por lo reducido de cada lote y especialmente, porque no pretendo que sean medicinas, aunque sirven como coadyuvantes en el tratamiento de las arrugas, manchas de la cara, estrías, barros y hongos (dependiendo de los ingredientes activos utilizados en cada jabón o crema)
Por el momento, estoy feliz de usar siempre una crema hecha por mí, la cual también ha sido probada por familiares y amistades cercanas, a quienes les ha caído bien usar algunos o todos estos productos caseros, hechos con ceras y aceites naturales como debe ser y sin que cada lote exceda las doce unidades.
En la primera quincena de mayo tendré un lote de jabón de romero con sabila y limón (seis jabones) y otro de caléndula con fenogreco y manzanilla (seis jabones). También tendré seis cremas de aceite de oliva con caléndula y cera extravirgen.
Aquí estoy, otra vez haciendo jabones |
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