viernes, 23 de septiembre de 2011

Salud, dieta y perdón


"Mis amigos son unos atorrantes" (Serrat)
 Llegando al medio siglo puedo presumir de una salud muy buena. Posiblemente porque al cumplir cuarenta cambié mi estilo de vida hacia uno más natural que no excluye momentos de conga, como se ve en la foto que el otro día me tomaron con mis queridos amigos Milvia, Diana y Ronald, tres de las personas a las que más quiero y respeto por su cultura, su sensibilidad y su sentido del humor. Agradezco a la vida porque mis amigos son  alegres y sin complicaciones, aunque muy pocos (tal vez ninguno) pueda presumir de millones en el banco, pedigrée criollo o tarjetas de crédito VIP.  La verdad, no sé ni me importa de dónde vienen mis amistades, en cuanto a sus linajes o créditos académicos (que algunos de ellos los tienen). Lo que valoro es una buena plática, sin pretensiones de intelectualidad y con mucha alegría, que nos hace tanta falta en esta tierra. Mis amigas y amigos son gente libre que no cree en los convencionalismos ni culpabilidades. Los coloco en primera instancia en relación con mi buena salud, porque pienso que de nada me serviría alimentarme sanamente y practicar mi hata yoga todas las mañanas, si no tuviera a todas esas personas amadas a mi alrededor, haciendo mi vida más fácil y amena, acompañándome en los momentos más tristes, como en el entierro de mi querido Rodolfo, asesinado por la iatrogenia de malos médicos. En segundo lugar, para mantener buena salud a los cincuenta, después de la cercanía de mis seres queridos está la dieta sana, que excluye las endemoniadas aguas negras destructoras de los riñones y por supuesto, cualquier clase de animal muerto.
En tercer lugar está el perdón. Hay que perdonar a quienes nos ofenden. Perdonarlos es no tener ningún sentimiento respecto a ellos y no sentir cólera ni molestia por sus vanas ofensas y sus palabras hirientes. Perdonarlos es tratar de restar importancia a los intentos de ofensa y cuando la imagen del agresor se nos presente, sintonizarnos con la Madre y decirle a esa imagen mental de la persona que nos ha ofendido: te perdono y te dejo  ir en paz. Que tus palabras y malos deseos vuelvan al lugar de donde proceden. Que nada de lo que me estás deseando se te cumpla y que jamás volvás a atravesarte en mi camino. 
Y seguidamente, con la agresión totalmente borrada de nuestro mapa mental, pasar a otro asunto. Les garantizo, amigas y amigos, que el perdón será inmediato y que una hermosa sensación de salud llegará a nuestro cuerpo en el momento de alcanzar ese estado tan relajante y agradable que es el perdonar a nuestros enemigos.

miércoles, 21 de septiembre de 2011

Receta robada. Los rollos de acelga

Hace ya más de un mes comí unos rollos de acelga en un restaurante ovolacto que me gusta pero es muy caro, sobre todo cuando se trata de que coman muchas bocas que además comen demasiado bien. Entonces me decidí a tratar de copiar la receta lo más fielmente que pude. Publico el resultado paso a paso, esperando que le sirva y guste a alguien.
 
1. Salsa o recado
2 libras de tomate
El resultado final.

2 cebollas grandes
2 pimientos rojos, grandes
ajo al gusto (puede ser desde 1, yo le pongo 6 ó 7)
1 taza de aceite de oliva extravirgen
Pizca de: sal, azúcar, pimienta
Cortar el tomate en dados gruesos, igualmente en trozos grandes la cebolla, pimientos y ajos. Freír en un poco de aceite de oliva hasta que estén suaves. Agregar agua y dejar que hierva. Salpimentar y dejar que enfríe.

2. Relleno

La okara, lista para rellenar las hojas de acelga o un taco
o para consumirla acompañada de arroz integral.

El principal ingrediente de este relleno es la okara o el residuo que queda de la leche de soya. 
3 tazas de okara
1 rama de tomillo
1 zanahoria, cortada en cuadros muy finos
1 puñado de ejotes cortados en rodajitas muy finas
2 tomates
1 cebolla
1 ajo grande
aceite de oliva
Al gusto: pasas, pecanas, maní, aceitunas, semillas de marañón o cualquier clase de nuez.
Cocer los vegetales al vapor, con una rama de tomillo en el agua.
Cuando estén al dente, escurrirlos y dejarlos enfriar.

Preparación de los rollos
3. Acelgas y otros
3 manojos de acelga muy bien desinfectados. Insisto mucho en esto por los pesticidas que pueden quedar como residuo en los vegetales y producirnos alergias.
Quesos: 1/2 libra de mozzarela y 1/2 libra de quesillo
Pimienta y orégano al gusto
1/2 manojo de hierbabuena desinfectado

Listos para entrar al horno
Preparación
En un pyre.x o molde cuadrado (aprox 10 por 17 pulgadas) se coloca una cama de salsa. Aparte se rellenan las hojas de acelga, que se colocan en el molde por capas, poniendo queso y salsa entre cada capa, finalizando con salsa, queso y hierbabuena. Se hornean a temperatura media (250 centígrados) durante media hora o hasta que las hojas de acelga hayan cambiado de color y el queso esté derretido. Se pueden acompañar con arroz, pasta o papas y aguacate.