sábado, 22 de octubre de 2011

La vida, ese milagro


 
Las semillas se engordaron y se abrieron, dejando salir un cordón
umbilical con un piñón en el extremo. Del piñón brotaron las pequeñas araucarias.

 
   Encontré las semillas los primeros  días de agosto recién pasado, cuando atravesaba el parque San Sebastián antes de las ocho de la mañana y las ví, enormes y cubiertas por una corteza verde y me pregunté si sería capaz de lograr que germinaran en mi casa, para algún día en unos quince años, tener bonsais de araucaria.

Tal como estas eran las semillas que encontré
en el parque, hace dos meses. La foto es de la web,
pero las semillas eran idénticas a estas.

Según dicen, es una de las semillas más difíciles de germinar y  una de esas especies de las que es preferible lograr el bonsai por medio de un esqueje y no de semilla, porque la genética puede ser traidora y el hijo no parecerse en nada a la planta originaria. Además de que, por ser de crecimiento lento, debemos esperar varios años antes de ver el arbolito enano en su maceta china o japonesa.
Otra sugerencia para lograr bonsáis de araucaria es encontrar el arbolito de unos cinco años en un vivero, llevarlo a la casa y trabajarlo desde ahí, logrando un prebonsai rápidamente. En todo caso, en este mi primer año de acercamiento con ese arte milenario, no he tenido buena suerte con las coníferas y mientras he logrado resultados aceptables con varios prebonsais de otras especies que comentaré en otro momento, el ciprés y el junípero se murieron, aunque del ciprés logré rescatar algunos brotes.
Por esas malas experiencias no tenía ninguna intención de trabajar con coníferas, pero no pensé en esto cuando encontré las semillas sino más bien lo pensé como una oportunidad de contemplar todo el proceso de nacimiento de un árbol tan majestuoso como esta conífera y aunque faltan muchos años para tener un prebonsai de éstas, ya digo que me han traído muchísimas alegrías. La primera, que germinaron y se convirtieron en plántulas.
El árbol puede llegar a medir hasta 60 metros y es uno de los bonsais más apreciados. Por ser una conífera de crecimiento lento, la araucaria puede tardar 20 años en florecer por primera vez. Las floraciones se repiten cada tres o cuatro años.
Entonces puedo asegurar que tuve una gran suerte al encontrarme con las semillas, de las cuales rompí una para comerme el piñón (no iba a desaprovechar esa oportunidad) Después de sacarlas de su corteza verde, las remojé durante dos días en agua fría y las puse en recipientes planos, con una mezcla a partes iguales de arena cernida y tierra con broza también cernida. Comencé a regarlas sin estar totalmente convencida de que las semillas germinarían.
Y con una sorpresa llena de reverencia ante los misterios de la madre Naturaleza, pude ver a los pocos días cómo comenzaban a engordar hasta llegar casi al doble de su tamaño. Poco después se abrieron y de ellas salieron unos cordones idénticos a los umbilicales de las especies mamíferas. En la punta de cada cordón había un piñoncito hinchado, del que pronto brotaron las plántulas de pequeñas araucarias excelsas.

Una mañana de agosto, en el parque San Sebastián...
Plántulas y semillas
De siete semillas que puse a germinar, cuatro se convirtieron en plántulas, una se pudrió y otra no tenía indicios de germinar. La deseché y esto fue un error, porque ya comenzaba a desarrollar una raíz.
Las dos plántulas que fotografié se ven muy sanas por el momento y espero que alcancen el tamaño indicado para un primer corte de raíz pivotante y luego simplemente dejarlas crecer en una maceta pequeña. La araucaria es una especie que no sólo no necesita, sino más bien, no tolera las podas, por lo que para obtener un bonsai de este árbol, es suficiente con trasladarlo a una maceta pequeña con el sustrato adecuado, que consiste en más tierra con broza que arena. El riego debe ser sobre las hojas más que sobre el sustrato porque sus raíces pueden podrirse fácilmente.

Es un árbol especial, por su antiguedad y por estar en
riesgo de extinción. Puede medir hasta sesenta metros (de la web)

Por el momento estoy gozando el milagro de la vida, expresado en esas pequeñas plantitas que llenan mi cocina convirtiendo mi casa en un bosquecito miniatura. Y dentro de todos esos futuros arbolitos, las araucarias me sorprenden cada día.

Algo sobre la araucaria
Es un árbol mítico, oriundo de América del Sur, específicamente Chile, aunque existen variedades en Australia. Las semillas que encontré pertenecen a una araucaria muy similar a la de la foto, que actualmente mide aproximadamente veinte metros.
Una leyenda atribuye a los piñones o frutos del árbol el concederle a los nativos de Chile una fuerza extraordinaria que les permitió combatir y resistir a los invasores españoles.
En todo caso, los piñones son un fruto farínáceo, que contiene diversidad de aceites beneficiosos para la salud y actualmente es ingrediente de platos muy nutritivos y sabrosos, como la salsa pesto.
Se atribuyen propiedades medicinales a la resina del árbol, considerada curativa en dolores de cabeza, úlceras y contusiones.

En cuanto a la araucaria como bonsai, encontré una foto en la web que ilustra aproximadamente el resultado que espero tener en unos diez o doce años:
Como bonsai es una especie muy apreciada (foto de la web)