miércoles, 6 de julio de 2011

Crónicas de la bruja. Relato Cuarto. Hatuey, mi héroe favorito


 
La quema de Hatuey, grabado que me fusilé de internet.
 Cuando era niña y estudiaba la primaria en la escuela Hermanas Giralt en la Habana, Cuba, mi héroe favorito era el cacique Hatuey, gracias a la maestra Elba, quien había notado mi constante distracción y falta de atención total y pronto me proveyó con una gran cantidad de folletos que se llamaban Episodios Nacionales, donde fragmentos de la historia cubana se adaptaban como lectura para los escolares.

Los sabios  inquisidores
De ese modo, mientras mis compañeros realizaban a saber qué tareas y aprendían quien sabe qué contenidos del programa educativo, yo leía los episodios y por primera vez en mi vida, asistía a estudiar con alegría.

La mayoría de las narraciones eran sobre la lucha contra los colonizadores españoles y el primero de todos esos episodios era la historia de Hatuey, un cacique taíno que había viajado desde la isla de Santo Domingo para advertir a los nativos cubanos que no confiaran en los españoles, que no se convirtieran a su religión y que los recibieran como a invasores, disparando con sus flechas.

Por supuesto, Hatuey fue capturado por los españoles y quemado en la hoguera. Antes de que prendieran el fuego, un cura se le acercó y le prometió el cielo a cambio del bautizo. Hatuey le preguntó si los españoles iban al cielo y ante la respuesta afirmativa del cura, dijo que prefería ir al infierno, si es que en el cielo iba a encontrar a los españoles que estaban saqueando y asesinando a su pueblo.

Casi cuarenta años después, sin un motivo especial, amanecí pensando en la historia del cacique valiente, que prefirió morir con la amenaza del fuego eterno antes que pactar con sus enemigos. Y me dediqué a buscar las ilustraciones para compartir este relato con quienes se toman el trabajo de leer este mi espacio.